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Prejuicio anti hume

Prejuicio anti humep. 169 La extendida resistencia a asumir la prioridad del apetito en el ámbito de lo práctico, y la persistencia en buscar la posibilidad de una intervención absolutamente primera de la razón, en la que la razón práctica verse sobre los fines y no sólo sobre los medios, procede generalmente de la suposición de que asumir la prioridad del apetito equivale a aceptar la tesis hu...

Cómo se forma la voluntad popular. El papel de los representantes o parlamentarios

p. 163 (...) Pero la voluntad popular no es, sin más, la suma de voluntades privadas, ni la voluntad privada mayoritaria. Es una voluntad configurada de diferente manera que la voluntad privada. Es la voluntad que se alcanza trascendiendo la voluntad privada de cada uno, mediante el diálogo y la deliberación común. Este diálogo permite a cada uno superar su punto de vista particular, ampliar y ...

El poder es una realidad moral, es una praxis o cometido institucional, que sólo existe comunitariamente y que sólo puede ser tenido en el seno de una comunidad.

p. 152 El poder no es lo mismo que la fuerza, aunque es cierto que aquél puede servirse de ésta. La fuerza es una realidad física y, como tal, puede ser poseída tanto colectiva como individualmente. El poder, en cambio, es una realidad moral, es una praxis o cometido institucional, que sólo existe comunitariamente y que sólo puede ser tenido en el seno de una comunidad. En rigor, no puede habla...

Diferencia entre tolerar y legalizar

p. 129 Conviene subrayar que tolerar no es lo mismo que legalizar. La tolerancia supone la abstención de la ley, la renuncia a exigir o prohibir, pero manteniendo el juicio negativo sobre lo tolerado –sin dejar de rechazarlo en sí mismo como malo–, y acompañando esta abstención actual con la espera, prudente y activa, de que la sociedad alcance las condiciones materiales y morales que hagan pos...

Tolerancia, ética y derecho

p. 128-129 El establecimiento de este mínimo ético es en lo que consiste el ejercicio de la tolerancia, en sentido estricto. Ya hemos visto que este sentido no es el que se da comúnmente a este término en el lenguaje político actual. Estrictamente hablando, tolerar significa soportar la presencia de algo negativo, perjudicial, en lugar de eliminarlo, cuando, en principio, sería legítimo combati...

Mínimo ético que el derecho comporta, no una ética de mínimos. No confundir con la distitción ética pública y privada

Pero es preciso no entender este mínimo ético según la distinción, frecuente en nuestros días, entre una ética de mínimos y una ética de máximos, en la que la primera se identifica con la ética pública, y la segunda con la ética privada. Según el uso más común de esta distinción, la ética pública sería una ética de exigencias mínimas, de carácter simplemente medial o procedimental, basadas en e...

La ley sólo regula –prescribiendo o prohibiendo– aquellos actos que afectan más clara y directamente al bien común, y que la mayoría de los ciudadanos están en condiciones de cumplir o de omitir

p. 127 Por supuesto, la ley no regula todos los actos de los ciudadanos. La ley sólo regula –prescribiendo o prohibiendo– aquellos actos que afectan más clara y directamente al bien común, y que la mayoría de los ciudadanos están en condiciones de cumplir o de omitir128. La ley no puede marcar, para la vida política, un nivel de excelencia que suponga, como condición, un grado de virtud, de dis...

La ley como encofrado para conseguir la virtud. Índole moral de la ley

p. 126 Pero, en último extremo, a la ley le corresponde ser trascendida, no sólo en su dimensión motiva o compulsiva, sino también en su dimensión informativa. Para adquirir la virtud, tenemos que empezar por hacer actos de virtud, sin contar, claro está, con la correspondiente virtud para ello. Aprendemos a hacer algo, haciéndolo. Podemos realizar actos de virtud sin ser aún virtuosos; podemos...

La ley no debe ser cambiada con frecuencia

p. 125 Por tanto, la ley se ordena a que lo mandado por ella se convierta en costumbre, a que los ciudadanos se hagan a este modo de obrar, se aficionen a esta clase de acciones, y éstas acaben constituyendo su forma habitual y característica de comportarse. Por esto, la ley no debe ser cambiada con frecuencia, pues, de lo contrario, nunca llegará a hacerse costumbre. Sólo será prudente modific...

La ley mueve extrínsecamente a los hombres

p. 124 Por esto, la ley es necesaria no sólo como información, sino también como moción o compulsión. La ley mueve extrínsecamente a los hombres –venciendo la falta de predisposición de la mayoría de ellos– a la práctica de las buenas acciones, para que mediante la experiencia y la repetición iniciales de estas acciones, los hombres se acostumbren a hacerlas, se familiaricen con ellas, y progre...

La razón de que la ley pueda obligarnos es que por ella el hombre se hace más hombre, mejor hombre

p. 123-124: Pero la ley no sólo da forma al obrar humano en común, en sociedad, sino que también mueve, compele a actuar de esa forma. La razón de que la ley pueda obligarnos a actuar de una forma determinada, está en que hacerlo, cumplir la ley es condición de nuestro propio bien, de nuestro mejor bien, que por ser un bien común, es igualmente el mejor bien de los demás miembros de nuestra soc...

Al dar, con la ley, forma concreta y estable a las acciones compartidas, hacemos realmente posibles estas acciones

comentario de Diego : (La ley da contenido a la libertad trazando, creando, definiendo el marco de nuestro vivir en común. De modo análogo a como la carretera no restringe la libertad del conductor, sino que define sus posibilidades). p. 123 La ley tiene la doble función de informar y de mover. Lo primero y más esencial que la ley lleva a cabo es informar, dar forma al vivir y obrar en común. ...

La ley inusta no es ley

Porque la ley es un acto tanto de la razón como de la voluntad, Santo Tomás puede decir que la ley tiránica no es ley estrictamente pero, no obstante, conserva del carácter de ley el ser dictado de un superior y el buscar obediencia117. La ley tiránica no es auténtica ley porque es injusta, porque no está ordenada al bien común, es decir, porque no es racional; pero, a pesar de esto, sí posee a...

La ley es un acto de la razón práctica, que ordena y dispone medios a fines

p. 112 La ley es un acto de la razón, pero no es sólo acto de la razón. Considerada en su integridad, la ley procede de la razón y de la voluntad del legislador115. La ley es también un acto de la voluntad porque, respecto de toda ley concreta, ni su existencia como ley, ni el contenido preciso de ella, es algo que posea necesidad lógica. Por racional que sea, la ley no es una pauta de conducta...

La ley, que ordena los actos humanos al bien común –como los medios al fin–, constituye una determinación práctica del mismo bien común.

Hay que tener en cuenta que, en el ámbito de lo práctico, de lo que es acción humana, los medios no son una realidad externa al fin, y que, por lo tanto, la determinación de los medios es, en realidad, una determinación del fin. Determinar los medios para el fin es determinar en qué consiste en concreto, en la práctica el mismo fin. Por esto, la ley, que ordena los actos humanos al bien común –...

La ley como ordenación de la razón al bien común, es pública y general

p. 122 Es bien conocida la definición de ley que da Santo Tomás: la ley es la ordenación de la razón al bien común, dada por aquel que tiene a su cuidado la sociedad –por el príncipe o gobernante, dice en ocasiones–, y promulgada112. Siendo una ordenación, la ley es un acto de la razón, porque a la razón compete ordenar los medios al fin113. En el caso de la ley, los medios son las acciones de ...

pp. 118 y 119: Para que el trabajo dividido siga siendo auténtica acción humana,

pp. 118 y 119: Para que el trabajo dividido siga siendo auténtica acción humana, tiene que consistir en una operación que, a pesar de su parcialidad, transparente el fin al que se ordena, permita percibir el objetivo compartido al que coopera, y permanezca así dotada de sentido para el que la realiza. Cada trabajador debe poder conservar cierta conciencia del conjunto de la labor, y poder capta...

p. 111 El hombre es un ser corporal. Por esto, la felicidad humana precisa de bi

p. 111 El hombre es un ser corporal. Por esto, la felicidad humana precisa de bienes exteriores. La vida buena y plenamente humana, la práctica de las virtudes que hacen al hombre excelente, es posible si el hombre dispone de ciertos bienes materiales. La carencia absoluta de recursos materiales, la situación de completa miseria degrada al hombre de su auténtica humanidad, al privarle de la pos...

La religión en la “polis”

a) La religión en la "polis"Forma parte de nuestra cultura política la idea de que la religión pertenece al ámbito de lo privado. Por evidente y familiar que nos resulte esta idea, no podemos olvidar que se trata de una novedad relativamente reciente, de origen europeo y extendida progresivamente, aunque todavía no se encuentra universalizada por completo. Durante la mayor parte de la historia ...

Pluralismo político y pluralismo social

p. 105 y 106 Con respecto a la cuestión del pluralismo, la distinción público-privado introduce una precisión que nos permite entender con mayor claridad de qué estamos hablando cuando utilizamos este término. Hablar de pluralismo es hablar de la existencia de una pluralidad de formas según las cuales se concreta y se vive el contenido de la vida política, es decir, es hablar de la presencia de...

La religión como cuestión política. Siempre lo ha sido.

p. 104 Efectivamente, en aquellas sociedades, al intervenir políticamente en los asuntos religiosos, no se estaba haciendo otra cosa que intervenir políticamente en los asuntos públicos. La religión representaba una parte esencial del patrimonio colectivo del pueblo, un requisito y un rasgo definidor de la ciudadanía, y operaba como cimiento de la legitimidad y de la solidez del orden político....

Bien público y bien privado, ambos son bienes políticos

p. 100 (...) En la polis, todos los bienes se viven políticamente, es decir, según la forma que la práctica de éstos adquiere al ser integrados en la vida política. Pero "políticamente" no es lo mismo que "públicamente". El modo público y el modo privado de vivir los bienes son los dos modos de vivirlos políticamente. Como ya se ha dicho, la distinción público-privado es una distinción dentro d...

Un bien privado es un bien del que se participa en virtud de una identidad que no es la identidad política; es un bien que se comparte por ser uno algo distinto que miembro del pueblo

p. 98 Un bien se comparte privadamente cuando el sujeto colectivo de éste no es el pueblo en cuanto tal, sino alguna forma de comunidad que los ciudadanos – unos pocos, muchos o, incluso, todos ellos– pueden constituir en el marco de la polis, por una razón distinta que su misma condición de ciudadanos. Un bien privado es un bien del que se participa en virtud de una identidad que no es la iden...

La comunidad política constituye la forma suprema de vida en común. El cosmopolitismo es una farsa, que genera individualismo

p. 95 La comunidad política constituye la forma suprema de vida en común, y es dentro de ella, y en orden a ella, como los valores son practicados según la determinación más perfecta de éstos. Trascender la polis no le depara al hombre una condición humana más plena, una práctica de los valores humanos libre de supuestas restricciones políticas, sino que, en realidad, deja al hombre ante una co...

Para Aristóteles, la autarquía es una condición que sólo corresponde a la polis

p. 93 El estoicismo propugnaba la autosuficiencia, la autarquía individual del sabio. En cambio, para Aristóteles, la autarquía era una condición que sólo correspondía propiamente a la polis, no al hombre individual. Si el hombre es un animal político, la plenitud humana no puede ser un ideal de autosuficiencia, no puede consistir en un bastarse a sí mismo frente a la suerte que pueda correr la...

Lo natural del hombre es su realización, y esta es necesariamente política, por eso lo natural no es prepolítico, sino político

p. 92 El concepto teleológico de naturaleza, que Aristóteles sostiene, implica que el conocimiento de la naturaleza de un ser lo obtenemos del conocimiento de ese ser en su estado acabado, del conocimiento de las características que ese ser presenta cuando ha alcanzado su plena y normal constitución. En otras palabras, todo ser es cognoscible en cuanto que está en acto. Si el hombre alcanza la ...

No es lo mismo el buen ciudadano que el hombre bueno (pues éste sólo lo es el gobernante)

p. 80 Según Aristóteles, cada uno participa de las virtudes en la medida suficiente para su oficio o actividad. Como mandar y obedecer son diferentes específicamente, la virtud del que gobierna y la del que obedece difieren también en especie, siendo la del primero la que debe ser perfecta95. El que gobierna es el que puede y debe adquirir la virtud según la especie perfecta de ésta. Si la virt...

Las cualidades morales del hombre sólo son valorables por referencia a un proyecto común

p. 71 Como ha recordado MacIntyre, en la tradición moral aristotélica –y, en general, premoderna–, las virtudes no encuentran su lugar en la vida del hombre tomado como individuo, sino tomado como ciudadano, como partícipe de la vida de la sociedad. Las cualidades morales del hombre sólo son valorables por referencia a un proyecto común, es decir, sólo son juzgables como buenas o malas, como ex...

Bien común y tolerancia liberal

p. 67 Se piensa y se habla de la vida política como si ésta no tuviera más objetivo que el compatibilizar las diferencias que cada ciudadano o grupo de ciudadanos presenta, y, en consecuencia, el ideal de tolerancia es erigido en valor supremo, y casi único, de la convivencia. Parece existir una aceptación conformista de la imposibilidad de que la sociedad constituya la propuesta y promoción d...

El concepto de PARTICIPACIÓN del hombre en el bien común

p. 64 y 65. En definitiva, para entender correctamente la relación entre el hombre y la polis, entre la persona y la sociedad, es preciso recuperar, en todo su contenido y alcance, el concepto de participación77. Este concepto es la clave para poder comprender que cuando hablamos del hombre y de la sociedad, del bien personal y del bien común, no estamos hablando de dos sujetos, ni de dos biene...

Esencia del individualismo liberal

p. 58 y 59 La visión de la sociedad como un sistema de relaciones instrumentales que permite compaginar la búsqueda autónoma del propio bien por parte de una pluralidad de individuos, es la visión que preside el Estado rigurosamente liberal, garantizador de derechos individuales. Estos derechos son entendidos como la expresión y la forma de la autonomía individual. El sentido básico de la actua...

p. 55 Aunque en sus consecuencias prácticas resulten opuestos, el totalitarismo

p. 55 Aunque en sus consecuencias prácticas resulten opuestos, el totalitarismo y el individualismo tienen una raíz o punto de partida común: la exteriorización del bien personal con respecto al bien común. En ambos planteamientos, hablar de bien personal y de bien común es hablar de dos bienes distintos materialmente, externos y separables el uno del otro. Aquello en lo que consiste el uno es ...

El bien común es la razón de la ley. La ley se dicta para el bien común: para hacer más concreta, desglosada y estable la forma de realizar el bien común, la ordenación del hombre a este bien.

p. 53 El bien común es la razón de la ley. La ley se dicta para el bien común: para hacer más concreta, desglosada y estable la forma de realizar el bien común, la ordenación del hombre a este bien. El bien común es el motivo último y fundamental del cumplimiento de la ley, y la causa de la obligatoriedad de ésta. Por lo tanto, si en algún caso el cumplimiento de la ley se volviera perjudicial ...

La virtud dispone correctamente al sujeto con respecto al bien común

p. 51 La virtud dispone correctamente al sujeto con respecto al bien común, y por esto, "no hay ninguna virtud cuyos actos no sean mediata o inmediatamente ordenables al bien común"53. Cuanto mayor y más inmediata sea esta ordenación, es decir, cuanto más directa y específicamente versen sobre el bien común los actos de una virtud, más elevada y perfecta será ésta. Por esta razón, la justicia g...

El bien humano es un bien común.

p. 48 La sociabilidad humana implica que el hombre alcanza su actualización o perfección en sociedad. El bien humano es un bien común. Los mejores y más propios bienes del hombre son bienes comunes, bienes que sólo se alcanzan y poseen en común, es decir, son bienes cuya realización consiste en el perfeccionamiento de las comunidades a las que el hombre pertenece. Cuanto más perfecto es un ser ...

Las instituciones son, con respecto a la sociedad, lo que los hábitos con respecto a la persona

Las instituciones son, con respecto a la sociedad, lo que los hábitos con respecto a la persona p. 39 Gracias a su institucionalización, la práctica de un bien se hace más fácil y fluida, y de esta manera, la presencia de dicho bien en el seno de la polis se convierte en habitual y ordinaria. Sólo si la realización de un bien no exige un esfuerzo extraordinario y, por lo tanto, insostenible, di...

El carácter constitutivo de la polis es el fundamento de esa disposición humana que llamamos “patriotismo”: es la razón de la índole moral –de virtud– que posee esta disposición.

pp. 34-35: El carácter constitutivo de la polis es el fundamento de esa disposición humana que llamamos "patriotismo": es la razón de la índole moral –de virtud– que posee esta disposición. Tradicionalmente, el patriotismo ha sido incluido entre las formas de la virtud de la religión o de la piedad, que es la virtud que nos dispone correctamente con respecto a Dios, a la patria y a los padres: ...

Toda identidad humana es una identidad práctica, y la identidad política es la identidad humana que adquirimos al participar de la vida en común. No hay un estado de naturaleza referente

p. 34 Hay que tener en cuenta que toda auténtica identidad humana es una identidad práctica. Ningún rasgo fáctico, ninguna homogeneidad puramente pasiva constituye una identidad. Una identidad es una caracterización del ser humano que nos dice algo definido respecto de su modo de obrar y vivir, respecto de lo que cabe esperar de él, y que es aquello por lo que podemos identificarlo. Por lo tant...

La polis es constitutiva de la identidad personal (moral)

p. 33 La polis es constitutiva de la realidad humana que se da dentro de ella, de la forma de ser y vivir humanamente que se genera en su interior, y de los valores, actividades y expectativas que se contienen en ésta. Esto significa que ser miembro de la polis equivale a adquirir una específica identidad humana: una peculiar identidad personal que –como toda identidad personal– es la participa...

p. 31: Entre los valores políticos, cabe destacar dos: la libertad y la igualdad

p. 31: Entre los valores políticos, cabe destacar dos: la libertad y la igualdad. Como afirma Aristóteles, la vida política es la vida en común de libres e iguales. Pero la libertad y la igualdad políticas no son simplemente la proyección, la traslación al campo de lo político de la libertad y de la igualdad originarias, radicales u ontológicas del ser humano. Estos dos valores consisten en dos...

Todo pensamiento ideológico construye estratégicamente la realidad “prepolítica” o “natural” a la que apela para justificar el modelo de Estado que propugna

p. 26-27: Estamos, pues, ante un modo de razonar lo político que es puramente estratégico: estamos, pues, ante la ideología. La realidad que se presenta como fundamento o sujeto natural de lo político, es un constructo diseñado convenientemente para poder concluir después, como única forma política legítima, el tipo de Estado que se propugna. Al contenido social seleccionado se le priva de su c...

Sentido moderno de lo natural como lo prepolítico

Es típico del pensamiento moderno que el justificar lo político consista en reconducirlo y amoldarlo a una situación humana que se supone puramente natural, entendiendo por "natural" dimanada de la sola naturaleza y, por lo tanto, anterior e independiente respecto de toda acción humana. Este tipo de justificación es el que aparece expresamente utilizado en las dos grandes revoluciones liberales...

El carácter constitutivo de lo político ha sido especialmente olvidado por el pensamiento moderno

Conviene que nos detengamos en este punto porque el carácter constitutivo de lo político ha sido especialmente olvidado por el pensamiento moderno, y este olvido es uno de los rasgos más característicos –quizá el más característico– de la teoría política moderna. Para la mente moderna lo político consiste habitualmente en una estructura instrumental al servicio de una realidad humana previa, co...

Cuanto más perfecto es un ser, tiene una aspiración más universal, que tiende a lo común

La necesidad que el hombre tiene de la sociedad no debe interpretarse como una consecuencia de la imperfección o deficiencia del ser humano, sino, al contrario, como una expresión de su perfección y dignidad ontológicas. Como dice Santo Tomás, "cuanto más perfecto es un ser, tiene una aspiración más universal, que tiende a lo común"3. Por su perfección, por su racionalidad y su libertad, el hom...

"Lo natural no es sólo lo que un ser es y posee originariamente, y lo que proced

"Lo natural no es sólo lo que un ser es y posee originariamente, y lo que procede espontáneamente de su patrimonio nativo. Lo natural es también lo que un ser es, lo que le es propio y característico, una vez alcanzado su pleno desarrollo, su constitución completa 2, aunque para esto haga falta la concurrencia de factores externos. La naturaleza de un ser no es sólo su principio intrínseco de g...

La filosofía política no puede suplantar a la prudencia política

"La filosofía política es filosofía, es decir, teoría, y de la teoría nunca puede proceder la respuesta acabada a un problema práctico, la decisión. La filosofía política no puede suplantar a la prudencia política; sólo puede –esa es su misión– favorecerla y potenciarla. Por esto, no tendría sentido que cultivásemos la primera con la intención de eximirnos del esfuerzo por adquirir la segunda. ...

La filosofía política va dejando de ser la filosofía de la polis, y se convierte en estudio del poder

"En el mundo moderno, la filosofía política va dejando de ser la filosofía de la polis, la comprensión de un ethos o forma de vida, y se convierte poco a poco en el análisis de un fenómeno o factor social: el poder. Lo político ya no significa lo referente a un género de vida o comunidad, sino sólo lo relativo a un instrumento potencialmente presente en cualquier actividad: el poder." p. 10