Conocimiento > Razón y Religión > Las tres «teologías» según Varrón
RESUMEN:
«LA FE CRISTIANA NO SE BASA EN LA POESÍA NI EN LA POLÍTICA, ESAS DOS GRANDES FUENTES DE LA RELIGIÓN, SINO EN EL CONOCIMIENTO.» La distinción de Varrón entre teología mítica, teología política y teología natural, y la ubicación del cristianismo en la teología naturla, que se identificaba con el concocimiento de la realidad tal cual es.
«LA FE CRISTIANA NO SE BASA EN LA POESÍA NI EN LA POLÍTICA, ESAS DOS GRANDES FUENTES DE LA RELIGIÓN, SINO EN EL CONOCIMIENTO.» La distinción de Varrón entre teología mítica, teología política y teología natural, y la ubicación del cristianismo en la teología naturla, que se identificaba con el concocimiento de la realidad tal cual es.
TEXTUAL:
p.146
(...) El ordenamiento del culto, el mundo concreto de la religión, no pertenece al orden de la res, de la realidad como tal, sino al orden de los mores -de las costumbres-. No son los dioses los que crearon el Estado, sino el Estado quien estableció a los dioses, cuya adoración resulta esencial para el orden del Estado y el comportamiento recto de los ciudadanos. La religión es por su esencia un fenómeno político. Según esto, Varrón distingue entre tres clases de «teología», entendiendo por teología la «ratio quae de diis explicatur», la comprensión y explicación de lo divino. Son la THEOLOGIA MYTHICA, la THEOLOGIA CIVILIS y la THEOLOGIA NATURALIS. Por medio de cuatro definiciones, explica más concretamente lo que hay que entender por esas «teologías». La primera definición se refiere a LOS TEÓLOGOS relacionados con las tres teologías: los teólogos de la teología mítica son los poetas, porque compusieron cantos acerca de los dioses y, por tanto, son cantores de Dios. Los teólogos de la teología física (natural) son los filósofos, es decir, las personas doctas, los pensadores, los cuales, yendo más allá de la costumbre, indagan acerca de la realidad, de la verdad; los teólogos de la teología civil son los «pueblos», los cuales, en su elección, no se adhirieron a los filósofos (no se adhirieron a la verdad), sino a los poetas, a sus visiones poéticas, a sus imágenes y personajes. La segunda definición se refiere AL LUGAR en la realidad al que está ordenada la correspondiente teología: a la teología mítica le corresponde el teatro, que poseía una categoría enteramente religiosa y cultual; los espectáculos teatrales, según la opinión dominante, fueron instituidos en Roma por instrucción de los dioses. A la teología política le corresponde la urbs, pero el espacio de la teología natural sería el cosmos. La tercera definición menciona EL CONTENIDO de las tres teologías: la teología mítica tendría como contenido las fábulas sobre los dioses creadas por los poetas; la teología estatal tendría como contenido el culto; la teología natural respondería a la pregunta acerca de quiénes son los dioses. En este punto vale la pena escuchar con más detención lo que se nos dice: «Si son de fuego, como piensa Heráclito; o de números, como dice Pitágoras; o de átomos, como afirma Epicuro. Y así otras explicaciones por el estilo que más fácilmente pueden soportar los oídos dentro de los muros de la escuela que fuera en la calle». Aquí se ve con toda claridad que esa teología natural es desmitologización o, mejor dicho, ilustración, que mira críticamente lo que está detrás de la apariencia mítica y lo deshace según criterios científicos. EL CULTO Y EL CONOCIMIENTO QUEDAN DESLIGADOS. EL CULTO SIGUE SIENDO NECESARIO POR FINES POLÍTICOS; EL CONOCIMIENTO ACTÚA DESTRUYENDO LA RELIGIÓN Y, POR TANTO, NO HABRÍA QUE SACARLO A LA CALLE. Finalmente hallamos una cuarta definición: ¿qué clase de realidad es el contenido de las diversas teologías? La respuesta de Varrón dice así: la teología natural se ocupa de la «naturaleza de los dioses» (los cuales no existen en absoluto); las otras dos teologías tratan de las «divina instituta hominum», de «las instituciones divinas de los hombres». Pero con ello toda la diferencia queda reducida en definitiva a la diferencia que existe entre la física, entendida en sentido antiguo, por un lado, y la religión cultual, por el otro lado. «La teología civil no tiene en último término ningún dios, sino únicamente "religión"; la "teología natural" no tiene ninguna religión, sino únicamente una deidad». Más aún, no puede tener en absoluto ninguna religión, porque a su dios no se le puede dirigir la palabra religiosamente: es fuego, número, átomos. Y así, la religio (por la cual se entiende esencialmente el culto) y la realidad, el conocimiento racional de la realidad, se hallan yuxtapuestas como dos esferas separadas. La religio no recibe su justificación por la realidad de lo divino, sino por su función política. Es una institución de la que el Estado tiene necesidad para su existencia.
§2(...) ¿Dónde sitúa al cristianismo en la tríada varrónica de las religiones? Lo asombroso es que Agustín, sin vacilar, sitúa al cristianismo en el ámbito de la «teología física», en el ámbito de la ilustración filosófica. (...)
p.149
§1(...) Según esta perspectiva, el cristianismo tiene sus precursores y su preparación interna en la ilustración filosófica, no en las religiones. El cristianismo se basa, según Agustín y según la tradición bíblica determinante para él, no en imágenes y vislumbres míticos, cuya justificación reside finalmente en su utilidad política, LA FE CRISTIANA NO SE BASA EN LA POESÍA NI EN LA POLÍTICA, ESAS DOS GRANDES FUENTES DE LA RELIGIÓN, SINO EN EL CONOCIMIENTO. Adora a aquel Ser que constituye el fundamento de todo cuanto existe, al «Dios real». En el cristianismo la ilustración se convirtió en religión, y no ya en el antagonista de la religión. (...)
p.146
(...) El ordenamiento del culto, el mundo concreto de la religión, no pertenece al orden de la res, de la realidad como tal, sino al orden de los mores -de las costumbres-. No son los dioses los que crearon el Estado, sino el Estado quien estableció a los dioses, cuya adoración resulta esencial para el orden del Estado y el comportamiento recto de los ciudadanos. La religión es por su esencia un fenómeno político. Según esto, Varrón distingue entre tres clases de «teología», entendiendo por teología la «ratio quae de diis explicatur», la comprensión y explicación de lo divino. Son la THEOLOGIA MYTHICA, la THEOLOGIA CIVILIS y la THEOLOGIA NATURALIS. Por medio de cuatro definiciones, explica más concretamente lo que hay que entender por esas «teologías». La primera definición se refiere a LOS TEÓLOGOS relacionados con las tres teologías: los teólogos de la teología mítica son los poetas, porque compusieron cantos acerca de los dioses y, por tanto, son cantores de Dios. Los teólogos de la teología física (natural) son los filósofos, es decir, las personas doctas, los pensadores, los cuales, yendo más allá de la costumbre, indagan acerca de la realidad, de la verdad; los teólogos de la teología civil son los «pueblos», los cuales, en su elección, no se adhirieron a los filósofos (no se adhirieron a la verdad), sino a los poetas, a sus visiones poéticas, a sus imágenes y personajes. La segunda definición se refiere AL LUGAR en la realidad al que está ordenada la correspondiente teología: a la teología mítica le corresponde el teatro, que poseía una categoría enteramente religiosa y cultual; los espectáculos teatrales, según la opinión dominante, fueron instituidos en Roma por instrucción de los dioses. A la teología política le corresponde la urbs, pero el espacio de la teología natural sería el cosmos. La tercera definición menciona EL CONTENIDO de las tres teologías: la teología mítica tendría como contenido las fábulas sobre los dioses creadas por los poetas; la teología estatal tendría como contenido el culto; la teología natural respondería a la pregunta acerca de quiénes son los dioses. En este punto vale la pena escuchar con más detención lo que se nos dice: «Si son de fuego, como piensa Heráclito; o de números, como dice Pitágoras; o de átomos, como afirma Epicuro. Y así otras explicaciones por el estilo que más fácilmente pueden soportar los oídos dentro de los muros de la escuela que fuera en la calle». Aquí se ve con toda claridad que esa teología natural es desmitologización o, mejor dicho, ilustración, que mira críticamente lo que está detrás de la apariencia mítica y lo deshace según criterios científicos. EL CULTO Y EL CONOCIMIENTO QUEDAN DESLIGADOS. EL CULTO SIGUE SIENDO NECESARIO POR FINES POLÍTICOS; EL CONOCIMIENTO ACTÚA DESTRUYENDO LA RELIGIÓN Y, POR TANTO, NO HABRÍA QUE SACARLO A LA CALLE. Finalmente hallamos una cuarta definición: ¿qué clase de realidad es el contenido de las diversas teologías? La respuesta de Varrón dice así: la teología natural se ocupa de la «naturaleza de los dioses» (los cuales no existen en absoluto); las otras dos teologías tratan de las «divina instituta hominum», de «las instituciones divinas de los hombres». Pero con ello toda la diferencia queda reducida en definitiva a la diferencia que existe entre la física, entendida en sentido antiguo, por un lado, y la religión cultual, por el otro lado. «La teología civil no tiene en último término ningún dios, sino únicamente "religión"; la "teología natural" no tiene ninguna religión, sino únicamente una deidad». Más aún, no puede tener en absoluto ninguna religión, porque a su dios no se le puede dirigir la palabra religiosamente: es fuego, número, átomos. Y así, la religio (por la cual se entiende esencialmente el culto) y la realidad, el conocimiento racional de la realidad, se hallan yuxtapuestas como dos esferas separadas. La religio no recibe su justificación por la realidad de lo divino, sino por su función política. Es una institución de la que el Estado tiene necesidad para su existencia.
§2(...) ¿Dónde sitúa al cristianismo en la tríada varrónica de las religiones? Lo asombroso es que Agustín, sin vacilar, sitúa al cristianismo en el ámbito de la «teología física», en el ámbito de la ilustración filosófica. (...)
p.149
§1(...) Según esta perspectiva, el cristianismo tiene sus precursores y su preparación interna en la ilustración filosófica, no en las religiones. El cristianismo se basa, según Agustín y según la tradición bíblica determinante para él, no en imágenes y vislumbres míticos, cuya justificación reside finalmente en su utilidad política, LA FE CRISTIANA NO SE BASA EN LA POESÍA NI EN LA POLÍTICA, ESAS DOS GRANDES FUENTES DE LA RELIGIÓN, SINO EN EL CONOCIMIENTO. Adora a aquel Ser que constituye el fundamento de todo cuanto existe, al «Dios real». En el cristianismo la ilustración se convirtió en religión, y no ya en el antagonista de la religión. (...)
FUENTE:
RATZINGER, Joseph: Fe, Verdad y Tolerancia (Libro) , , Ed.Ed. Sígueme, 2005 Salamanca II. LA CUESTIÓN DE LA VERDAD Y DE LAS RELIGIONES. 2 ¿La verdad del cristianismo? 2. El cristianismo, ¿la verdadera religión?
RATZINGER, Joseph: Fe, Verdad y Tolerancia (Libro) , , Ed.Ed. Sígueme, 2005 Salamanca II. LA CUESTIÓN DE LA VERDAD Y DE LAS RELIGIONES. 2 ¿La verdad del cristianismo? 2. El cristianismo, ¿la verdadera religión?
FUENTE AMPLIADA:
RATZINGER, Joseph: Fe, Verdad y Tolerancia Ed. Ed. Sígueme, Salamanca, 1985 (1983)
RATZINGER, Joseph: Fe, Verdad y Tolerancia Ed. Ed. Sígueme, Salamanca, 1985 (1983)
CLAVES: Conocimiento > Razón y Religión > Las tres «teologías» según Varrón